ORIGEN DE LA PSICOLOGIA CLINICA – UNA APROXIMACION HACIA SU ESTRUCTURA Y FORMALIZACION
PREGUNTAS DEL TEMA:
·
¿Cuáles
son los acontecimientos históricos que impulsaron el surgimiento de la
psicología clínica como tal?
·
¿Cómo
y porqué se da el paso de la psicología clínica como psicología de lo anormal y
de lo mórbido hacia la psicología de la salud y de la clínica?
·
¿Cuáles
son las funciones o constantes que el psicólogo asume en su práctica clínica?
¿Cómo se describen cada una de estas funciones?
RESUMEN
DEL TEMA
Desde tiempos muy antiguos el hombre ha tenido interés en
tratar los trastornos mentales. Por ejemplo, hace medio millón de años en la
edad de piedra, los brujos indígenas utilizaban la técnica de la trepanación
que consistía en abrir una zona circular del cráneo por donde se creía debía
salir el espíritu diabólico causante de los problemas. Muchos años después los
chinos, egipcios, hebreos y griegos atribuían las conductas extrañas a demonios
que tomaban posesión de la persona, concepción supersticiosa del trastorno
mental y que por tanto, su tratamiento consistía en oraciones, magias y el uso de horribles brebajes,
concepción predominante durante unos 1000 años. Hipócrates (460-377 a de C) no
creía que tales demonios fueran los causantes, sino que habló de causas
naturales originadas en el cerebro y el filósofo griego Platón (420-347 a de
C), habló de estas afecciones mentales
como respuestas del organismo que reflejaban su estado interno y por tanto sus
tratamientos incluían el cuidado hospitalario. A fines de la edad media aparece
el humanismo y esas creencias supersticiosas comienzan a desaparecer. Por
ejemplo, el médico Alemán Johan Weyer (1515-1588) afirmó que la mayoría de
personas quemadas por brujas eran en realidad enfermos mentales. A fines del
siglo XVI proliferaron asilos destinados al cuidado de enfermos mentales,
sitios que en sus inicios eran como cárceles y cuyos pacientes se trataban como
bestias. En 1.773 en Virginia- EEUU, el hospital de Williamsburg, fue el
primero dedicado exclusivamente a pacientes mentales con tratamientos que
incluían drogas, descargas eléctricas, quemaduras, impedimentos físicos y
tratamientos con agua. En 1792 en Francia el médico Philippe Pinel (1745-1826)
fue el primero en proponer tratos amables y dignos con estos pacientes en los
asilos.
Se presentaron dos acontecimientos históricos que
precedieron e impulsaron el nacimiento de la psicología clínica como tal. El
primero es la fundación de la Asociación Psicológica Estadounidense (APA) en
1.892 y que marcaba el nacimiento de la psicología como profesión. El segundo
es el establecimiento de la primera clínica psicológica en la Universidad de
Pensylvania en 1.896 por Lightner Witmer (1.867-1.958), alumno de Wundt. Esta clínica se dedicaba al tratamiento de
niños con problemas de aprendizaje o perturbadores en el aula de clases. Cuando
los niños eran llevados a la clínica se les aplicaban exámenes físicos y
mentales, se obtenía así un diagnóstico
de la condición mental y física del niño y en consecuencia se recomendaba un
tratamiento médico y pedagógico apropiado. De esta manera Witmer estaba más interesado en la falla, en los procesos
que no funcionaban y en el malestar que
producía en el sujeto y no tanto en la
medición de las capacidades de estos niños. Witmer propuso en 1.907 una nueva
profesión: la psicología clínica e inició la publicación de una revista, la
Psychological Clinic, en cuyo primer número planteó que los métodos de la
psicología clínica intervienen siempre que se determina como funciona la mente
de un individuo mediante la observación y la experimentación, así como cuando
se aplica un tratamiento para lograr un cambio . En 1.919 se creo la primera
sección de psicología clínica dentro de la APA. Surge así la psicología clínica
como psicología de lo anormal, de lo alterado, del trastorno y por ello su
intervención se orienta a lo mórbido y
las maneras de modificar tal condición. A inicios del siglo XX asistimos a una
evolución de la psicología experimental hacia la psicología clínica, a medida
que se creaban clínicas que permitían estudiar e intervenir sobre la conducta
patológica, y es así como el conductismo se fue convirtiendo en un importante
modelo explicativo para la psicología clínica, entendiendo que el aprendizaje
desempeña un papel esencial en la conducta humana. Como muchos demostraron que
los métodos conductuales no podían curarlo todo, volvió entonces a escena la
cognición y se empezó a hablar de métodos conductuales cognoscitivos. En el
siglo XX fueron las dos guerras mundiales las que marcaron un desarrollo la psicología clínica. La primera estimuló el uso de baterías de
tests para medir las diferencias individuales en adultos. En la segunda casi 20
millones de soldados fueron evaluados psicológicamente con pruebas o
entrevistas y como se generó una gran cantidad de personas con tratamiento
psicológico, se contribuyó a que hacia 1.956 los psicólogos clínicos se reconocieran
como psico-terapeutas y su práctica fuera vista como una profesión sanitaria.
Hacia los años 70 y 80 en EE UU se llega a afirmar que los hábitos de vida eran
determinantes en la aparición de trastornos físicos y psíquicos y se prioriza así la educación en la vía de
aprender patrones de conducta y disminuir situaciones de riesgo desencadenantes
de dichos trastornos. De esta forma la
promoción de la salud y la prevención de la enfermedad llevan a que la
psicología clínica como campo se redefina hacia los años 80 como psicología de
la salud y de la clínica. La clínica de esta manera, como campo del trastorno,
del problema, solo entra en escena si la promoción y la prevención de la
enfermedad fallan y el síntoma emerge.
La psicología clínica se fundamenta en que el sujeto de
su intervención es alguien que sufre y que tiene autopercepción de su
sufrimiento, sea físico o psíquico y que por tanto hace síntoma y así, su
objetivo será el bienestar y la adaptación de este sujeto que consulta. El
clínico partirá de la observación, el análisis y la interpretación y así la
mirada del clínico es la que objetiviza al sujeto sufriente, mirada que se
condiciona por la corriente psicológica desde la cual decide hacer su
intervención y que a su vez determina sus estrategias, herramientas y técnicas
de tratamiento.
Dicho de otra manera, es la corriente epistémica la que
determina el objeto sobre el cual el psicólogo como sujeto de práctica
interviene. Este objeto podrán ser las desadaptaciones del yo, las alteraciones
del carácter, la conducta desadaptada, los trastornos mentales, las
disfunciones del sistema familiar, entre otros.
Y es esa misma corriente la que guía unos métodos de intervención
específicos en la búsqueda del bienestar y la adaptación del sujeto, métodos
que incluyen técnicas y herramientas también específicas de la corriente y del campo
de aplicación. Ante la demanda de
atención del paciente, el clínico ejecuta su intervención, es decir, efectúa su
práctica, en la cual aparecen unas funciones
o constantes que debe cumplir, cada una de las cuales da lugar a la otra. Estas
son la evaluación como ese instante de la mirada del clínico sobre su objeto,
momento puesto en marcha con la primera entrevista. Luego el diagnóstico o
aquel tiempo de la comprensión para llegar finalmente al momento de conclusión
que configura la intervención propiamente dicha. Entre el diagnóstico y la
intervención hay otro paso que es el del cierre que se lleva a cabo mediante la
devolución. Se entra así en el momento de la intervención que tiene para el clínico
varias posibilidades como lo son la remisión, la asesoría, la consultoría y la
psicoterapia.
Además, también van a ser constantes para él como
modalidades de intervención, el trabajo comunitario y la investigación.
Igualmente, las intervenciones pueden ser de tipo primario, secundario y
terciario, es decir, de promoción, prevención e intervención.
Vale agregar que en la evaluación los clínicos utilizan
test psicológicos, observación y entrevistas y elaboran un resumen de los
síntomas y problemas del paciente. En este momento se toman decisiones como el
tipo de tratamiento que se aplicará, si el problema requerirá hospitalización,
si será necesario incluir en el tratamiento a otros miembros de la familia
entre otros.
BIBLIOGRAFIA
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Butcher, Mineka y Hooley, Jill. (2007) Psicología Clínica.(12 ed). (pp. 2-50, 102-104). Madrid: Pearson Educación.
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Phares E, Trull Timothy J. (1999) Psicología
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El Manual Moderno.
Peláez Jaramillo Gloria
Patricia. Módulo de estudio sobre fundamentos
de Psicología clínica. 2.011
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