miércoles, 12 de diciembre de 2012

protocolo y cuestionario tema 5

Por: Laura Valencia, Sebastian Medina, Carolina Herrera, Stella Maris Valencia


CUESTIONARIO: tema 5
 Evaluación de los procesos mentales o funcionamiento mental: Evaluación de la inteligencia
 
·       ¿Qué hechos históricos construyeron los cimientos para la aparición de las pruebas de inteligencia?

·       ¿Cómo es considerado en la actualidad, el concepto de inteligencia?

·       ¿Cuál es el fin de aplicar una prueba de inteligencia?

·       ¿Cuál es la capacidad real de las pruebas de inteligencia para medir el CI de las personas? ¿Una puntuación única de CI puede caracterizar el nivel intelectual del sujeto a lo largo de su vida?

·       ¿Cuáles son las características más generales que las pruebas o test de inteligencia les permite a los evaluadores, cuando son aplicadas?

·       ¿Qué elemento debe acompañar a las herramientas psicométricas, para la evaluación de la inteligencia?

·       ¿En la aplicación de qué pruebas se puede y se debe apoyar un psicólogo para diagnosticar discapacidad intelectual?

·       ¿Qué crítica constructiva se ha hecho a las pruebas de inteligencia tradicionales?

·       Wechsler, autor de las pruebas de inteligencia más representativas, enmarca los criterios de evaluación de la inteligencia como objeto.  ¿Cuáles son los aspectos  más importantes que se utilizan en sus pruebas?

·       ¿Cuál es la prueba psicológica estandarizada y más usual, que contribuye hacer una evaluación de la inteligencia en niños? ¿cuáles son sus características y fines?

·       ¿Cuál es la prueba psicológica estandarizada y más usual que contribuye hacer una evaluación de la inteligencia en adultos? ¿cuáles son sus características y fines?

·       ¿En qué consiste la prueba de Habilidades Mentales Primarias y que elementos proporciona  a la hora de evaluar la inteligencia?


PROTOCOLO N° 5

Evaluación de los procesos mentales o funcionamiento mental: Evaluación de la Inteligencia

 
La evaluación de la inteligencia parte de dos hechos históricos importantes. Primero, la educación obligatoria de Estados Unidos y otros países crearon un cuerpo diverso de estudiantes. Muchos de estos estudiantes provenían de familias sin educación o que no hablaban el idioma nativo, lo cual aumento significativamente la mortandad académica. Para ahorrar recursos, el gobierno empezó un camino para saber que estudiantes podrían tener más éxito en la educación. Segundo, los científicos demostraron que la inteligencia podría ser medida. Estos son los principales cimientos.

Alfred Binet y su colaborador, Theorode Simon, se convirtieron en los principales líderes de las pruebas de inteligencia al crear la prueba Binet-Simon para identificar diferencias individuales en el funcionamiento mental. Su propósito era elaborar un método objetivo que ayudara a identificar quienes carecían de capacidad académica. Como muchos de la época, hablaban de que la inteligencia era heredada pero que podía ser modificada por el entrenamiento y la oportunidad. Por el constante crecimiento de la educación obligatoria en Europa y Estados Unidos, y con el constante interés en la cuantificación de la inteligencia, las pruebas de inteligencia fueron muy bien acogidas en aquel entonces.

A pesar de que muchas entidades de los gobiernos mostraron gran interés por estas pruebas, prontamente fueron atacadas por un gran número de personas y psicólogos que afirmaban que dichas pruebas discriminaban a través de la inclusión de reactivos injustos. Así, el libro Stephen Gould (1981) The Mismeasure of Man fue una crítica muy importante ante las pruebas de inteligencia. Gloud argumentaba que algunos teóricos sostenían de forma errónea la noción de inteligencia. También sostenía que aquellos que hablaban de la heredabilidad de la inteligencia en algunos casos cometían errores y en otros eran acusados de fraude.

Ahora bien, para que una prueba de inteligencia sea efectiva, esta debe mostrar confiabilidad y validez. De otra manera, se generarían dudas acerca de la exactitud  y capacidad de aplicación de la prueba. Por confiabilidad se hace referencia a la consistencia con que los individuos responden a los estímulos de la prueba. Para evaluar la confiabilidad se hace uso de varias formas de evaluación. Un ejemplo de estas formas es la confiabilidad text-retext que indica el grado de consistencia de las respuestas del sujeto ante estímulos similares, o la confiabilidad entre estimadores que tiene como meta demostrar que observadores independientes pueden acordar entre sus juicios para evaluar algún aspecto del comportamiento de una persona. Estas formas de evaluar la confiabilidad nacen del hecho de que los individuos se pueden habituar a las pruebas, recordando en algunas ocasiones las respuestas, o pueden elaborar una “sabiduría de las pruebas”  de la primera evaluación que influye en la puntuación de la segunda. Así mismo, se desarrolló otro calibrador para la confiabilidad, y es La confiabilidad de formas equivalentes. Aquí se elaboran formas equivalentes de una prueba para evitar este tipo de problemas precedentes.

Ahora bien, por validez se hace referencia a si una prueba determinada mide lo que se supone que debe medir. Tal como la confiabilidad, la validez también tiene varias formas de ser evaluada. Un ejemplo de ello es la validez de contenido que indica si los reactivos de la prueba cubre las variables del estudio; la validez predictiva que indica si los resultados de la prueba pueden predecir algún comportamiento o suceso en el futuro, o la validez de constructo que se muestra cuando los resultados de una prueba se pueden relacionar con otras medidas o comportamientos de un modo teóricamente esperado.

Spearman (1927), el padre del análisis factorial, argumentaba acerca de la existencia de un factor g (Inteligencia general) y un factor s (Inteligencia específica). Los elementos que tienen en común las pruebas se presentan mediante el factor g, mientras que los factores únicos de una prueba determinada son factores s. Así, apoyado del análisis factorial, Spearman supuso que la inteligencia es una entidad generalizada y amplia.

Varios autores estuvieron en desacuerdo con los argumentos de Spearman, entre ellos, Thurstone (1938), que presentó evidencia en base de unas evaluaciones realizadas a una cantidad de sujetos en la que se evaluaba una serie de factores “grupales” en lugar del factor g. A final de cuentas, Thurstone describió siete factores grupales: Fluidez verbal, significado verbal, velocidad de percepción, espacial, razonamiento y memoria (Capacidades mentales primarias de Thurstone). Por desgracia, tanto Spearman como Turstone emplearon métodos diferentes de extracción de factores para un mismo conjunto de datos.

Por su lado, Cattell (1987) se enfatizo en el carácter central de g. Al mismo tiempo, ofreció una lista de 17 conceptos primarios de capacidad y describió dos factores importantes de segundo orden. Estos son: Capacidad fluida (Capacidad intelectual con base genética en la persona) y capacidad cristalizada (Capacidades intelectuales que se atribuyen al aprendizaje cultural). Así, el modelo de Cattell puede ser visto como un modelo jerárquico de la inteligencia.

 Cociente de Inteligencia:

RCI de razón:

Binet consideraba la edad mental (EM) como un índice de ejecución mental. Cada reactivo de la prueba de Binet contestado correctamente indicaba un número de créditos en meses. Al concluir la prueba, se sumaba la cantidad de reactivos contestados correctamente y se obtenía la EM.

Luego, Stern (1938) desarrollo el concepto de cociente de inteligencia para evitar algunos problemas que surgieron al utilizar la diferencia entre edad cronológica (EC) y EM para expresar la desviación. El CI de Stern se calculaba de la siguiente manera: CI= EM/EC * 100. Así, si tenemos a dos niños, uno con EM de 4 y EC de 5, y el otro con EM de 14 y EC de 15, parece que tratamos con niños cuyo desarrollo intelectual es igual de deficiente, pero esto no es así debido a que el desarrollo intelectual es mayor a edades tempranas. Así, aunque estos dos niños presentan una discrepancia de 1 asño entre la EM y la EC, el niño menor se encuentra más desviado. Utilizando la formula, obtenemos que el niño menor presenta un CI de 80 mientras que el mayor presenta un CI de 93. Estas puntuaciones reflejan mucho mejor el crecimiento intelectual. Aun así, debemos recordar que tanto el CI como la EM son tan solo puntuaciones.

CI de desviación:

Whechsler introdujo el concepto de CI  de desviación  para enfrentar un problema que subyacía con el concepto de CI de razón. El problema del CI de razón consistía a que se encontraba limitado a las personas mayores. La razón es simple: Para calcular el CI, se utiliza la siguiente fórmula: CI= EM/EC*100  donde EM es la edad mental y EC es la edad cronológica. Así que una persona mayor, según esta ecuación, parecería que la persona ha perdido su capacidad intelectual a lo largo del tiempo cuando en realidad se ha mantenido estable.  El CI de desviación  se hace la suposición de que la inteligencia se distribuye de forma normal a lo largo de la población.  El CI de desviación indica entonces una comparación de la ejecución de la prueba con individuos de la misma edad. Así, suponiendo que dos personas presentaron la prueba y sus edades son significativamente diferentes, un CI de 1oo indicaría un promedio de capacidad intelectual para ese grupo de edad.

En general, se ha encontrado que el nivel de CI está relacionado con el éxito escolar, aunque en este también entra en juego otras variables tales como la motivación, antecedentes culturales o incluso las actitudes  de los padres. Identificar todas estas variables es de suma importancia, ya que el fracaso escolar puede no estar ligado al CI, sino a otra variable de mayor influencia.

Así mismo, parece ser cierto que el CI parece ser un buen pronosticador del desempeño laboral.

Ahora bien, el nivel intelectual del sujeto va cambiando a lo largo de su vida. Investigaciones hechas han demostrado que los niños tienden a presentar mayor variabilidad en los test utilizando la correlación test-retest. Por tal razón, los clínicos a menudo describen el “nivel presente de funcionamiento intelectual”  del individuo en tales pruebas. Varias influencias (Tales como una enfermedad, problemas emocionales y motivacionales) pueden afectar la puntuación del individuo en una etapa de su vida.

La finalidad de las pruebas de inteligencia es medir la capacidad de una persona en las áreas más globales, como la comprensión verbal y el razonamiento.

“Los resultados de los test de inteligencia constituyen tan sólo una parte de todo el proceso de evaluación de la inteligencia, por ello, es necesario servirse de otros medios de evaluación y utilizar el juicio clínico para determinar si una puntuación de CI es válida o no para determinado individuo” Pág 565

Los test de inteligencia más utilizados son:

      Las Escalas de inteligencia de Wechsler (WPPSI, WISC, WAIS) que evalúa principalmente el razonamiento tanto verbal como no verbal.

      Las Escalas de inteligencia Stanford-Binet, se centra en el aspectos como el razonamiento verbal: vocabulario, comprensión, absurdos; razonamiento abstracto (visual): análisis de patrones, copiado, matrices; razonamiento numérico: cuantificación, series de números y memoria a corto plazo: memoria de frases, dígitos, objetos.

       La Baterías de evaluación para niños de Kaufman, evalúa la inteligencia mediante el procesamiento secuencial y el procesamiento simultáneo y el rendimiento o conocimiento académico.

      La Escala de madurez mental Columbia, esta escala mide la capacidad de razonamiento sin límite de tiempo.

Para realizar la evaluación de la inteligencia es necesario tener varias fuentes de información, como la historia del paciente, lo historia clínica, la observación de la conducta, el contexto cultural y social...

En la actualidad el concepto de inteligencia, es considerado como un constructo, una abstracción, y no puede ser observada, pero que es posible medir el comportamiento inteligente a través de los instrumentos de evaluación.

Wechsler, es el autor de las pruebas de inteligencia más representativas, y entre los aspectos que evalúan dichas pruebas están l solución de problemas, comprensión de escritos, la construcción de un modelo siguiendo un referente y con la utilización de ciertos materiales, entre otros aspectos, y teniendo en cuenta  que a pesar de que estos criterios son idóneos, sólo alcanzan a evaluar de manera limitada el comportamiento inteligente, representando  sólo una pequeña muestra de su complejidad.  Así cuando se habla de la evaluación propiamente dicha de la inteligencia, las pruebas por sí mismas son poco concluyentes, y es necesario combinar los puntajes obtenidos, con el directo desempeño de la persona en su vida escolar y ocupacional, y confrontarlos, porque el ambiente desempeña un papel importante en el desarrollo de las pruebas.

En los años 60 y 70 Jean Piaget, aporta una teoría, que se conoció como teoría constructivista, demostrando que la inteligencia no era sólo la adquisición simbólica, sino que representaba la última fase del pensamiento, y que le pre existían otras dos fases, cada una con una forma diferente de inteligencia, la sensorio-motriz y la pre-conceptual o intuitiva, considerando que la inteligencia estaba al servicio de un proceso más complejo, como el de su adaptación.  Con todo esto los psicólogos clínicos continúan con un referente de la inteligencia en términos más objetivos que estructurales, y así siguen utilizando frecuentemente las pruebas simples para medir rasgos complejos, y porque les ha permitido a los evaluadores contar con una idea general sobre el funcionamiento psicológico del individuo, indicaciones valiosas acerca de los trastornos de personalidad, detectar habilidades o limitaciones especiales y observar el comportamiento del sujeto en una situación relativamente estandarizada.

Varios autores han hecho críticas a las pruebas de inteligencia,  como la pregunta de ¿cómo se puede evaluar algo que aún no está perfectamente definido? considerando a los test, como posibles medidas de inteligencia, que evalúan únicamente determinados aspectos del desempeño cognitivo.

Se debe rescatar entonces, la importancia de la práctica, considerándose como experiencia de conocimiento, de aprendizaje, y acompañando las herramientas psicométricas del uso de la entrevista clínica.

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