Tema 3. evaluación de la conducta
Con base en: Compas, Bruce E. e Ian H. Gotlib. Introducción a la Psicología Clínica. México: Mc.Graw Hill. 2003.
¿Cuáles son las metas de la evaluación conductual?
-¿Cuáles son los métodos de evaluación conductual?
- ¿Cuáles son los cuatro grandes categorías de métodos para medir las cogniciones?
-¿En qué consiste la entrevista conductual?
-¿Qué tareas se llevan a cabo dentro de la evaluación conductual?
Basándose en: Peláez,
Gloria. Módulo de Fundamentos de Clínica.
2012. Texto en proceso de publicación.
-¿En qué aspectos coinciden Kendall & Norton con
Baumann & Perrez a la hora de abordar y conceptualizar
la evaluación de la conducta?-¿Cómo puede entenderse el hecho de que Baumann y Perrez utilicen el término diagnosis para referirse a la evaluación de la conducta?
-¿Cuales son las herramientas utilizadas por los psicólogos clínicos para la medición de la conducta en forma directa?
-¿Cuales fueron los tres ámbitos propuestos por Kanfer y Karoly a la
-¿Según Baumman y Perrez, de qué presupuestos parte la evaluación de la conducta y cual es la meta que persigue?
-En el esquema de la diagnosis de la conducta propuesto por Baumman y Perrez, ¿cuales son los tres pasos a seguir?
-¿Cuáles son los dos ejes de la evaluación conductual identificados?
Con base en: Krivoy,
Francis. (2006) Evaluación de la Conducta. Colección
Razetti. Vol. III. Pp. 185-189. & Peñate, Wenceslao. (2008) Psicología
Clínica y Psicodiagnóstico: Sobre la Vigencia del Modelo de Evaluación
Conductual. Análisis y modificación de la
conducta. , Vol. 34, Nº 150-151.Pp 95-126.
-¿Cuál
es la diferencia entre la prueba de situación y la dramatización como dos
técnicas derivadas de la observación?
-¿Para
qué se usa en la evaluación conductual los Métodos psicofisiológicos? -¿Cómo se evalúa la conducta con una prueba de inteligencia?
-¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de seleccionar un procedimiento en particular para evaluar la conducta?
-¿Cuál es la diferencia entre el modelo médico y el modelo de evaluación conductual?
-¿por qué se critica el concepto de situacionismo del modelo de evaluación conductual?
Protocolo
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Compas,
Bruce E. e Ian H. Gotlib. Introducción a
la Psicología Clínica. México: Mc.Graw Hill. 2003.
Mientras
que los enfoques tradicionales de la evaluación destacan la importancia de los
rasgos, o características duraderas de los individuos, la evaluación conductual
se concentra en obtener muestras de la conducta. La evaluación conductual
surgió de los fundamentos de la teoría del aprendizaje, por lo que al principio se concentraba en la evaluación de
las conductas manifiestas, observables, y en las situaciones previas y las
consecuencias de la conducta.
En la
medida en que las teorías conductuales evolucionaron, la evaluación conductual
se expandió más allá del enfoque circunscrito de las conductas manifiestas y
comenzó a incluir la medición de otros aspectos del funcionamiento de los
individuos, como las cogniciones, los sentimientos y la psicofisiológica.
Los
resultados de la evaluación conductual, quizá más que los de todas las otras
formas de evaluación, tiene implicaciones claras y concretas para el
tratamiento de la conducta problema. Hasta el momento no todos los métodos de
evaluación conductual han encontrado camino del laboratorio a la clínica, pero
hay claras señales de avance en este sentido.La evaluación conductual tiene cuatro metas importantes:
-Identificación y operacionalización de las conductas problema y de las variables contextuales que controlan o mantienen la conducta.
-Evaluación de la relación entre las conductas problema y las variables controladoras.
-Diseño de un tratamiento apropiado basado en los resultados de la evaluación conductual.
-Evaluación de la eficacia del tratamiento.
MÉTODOS DE EVALUACIÓN CONDUCTUAL:
-Entrevista
conductual: se concentra en la descripción y la comprensión de las relaciones
entre antecedentes, conductas y consecuencias. Tienden a ser más directas que
las entrevistas no conductuales
-Observación
conductual: implica la observación directa de la conducta. Permite al psicólogo
documentar la frecuencia e intensidad de las conductas específicas, así como
las variables contextuales que provocan
y mantienen la conducta.Definición de la conducta; es importante resaltar que las conductas objetivo deben ser seleccionadas y operacionalizadas con mucho cuidado, para asegurarse que los observadoras no necesitaran hacer inferencias sobre la conducta.
Obtención de datos (estrategias); definidas las conductas por observar se debe decidir cómo se realizaran las observaciones. Debe aplicarse una estrategia que minimice los costos y maximice la representatividad, sensibilidad y confiabilidad de los datos obtenidos mediante la observación conductual. Dos de los sistemas más usados son el registro de intervalo (registra si la conducta ocurrió o no dentro de cada uno de una serie de intervalos específicos) y el registro de eventos (registra cada ocurrencia discreta de una conducta objetivo durante el periodo de observación).
Localización; aquí hay dos grandes opciones, observar la conducta en un ambiente natural, u observación naturalista; u observar la conducta en un escenario más controlado, como una clínica o un laboratorio, conocido como observación análoga.
-Automonitoreo: se instruye a los clientes a que observen y registren su propia conducta tal como ocurre.
-Escalas de registro: las observaciones de la conducta pueden producir una muestra que no sea lo suficientemente amplia de las conductas del cliente. Para abordar esta limitación se han desarrollado una serie de escalas de registro y listas de verificación conductual. Esas mediciones intentan proporcionar información sobre una amplia gama de las conductas de un individuo en un periodo más prolongado de lo que es posible con la observación directa.
-Evaluación cognitivo–conductual: Linscott y Di Giuseppe (1998) describen cuatro grandes categorías de métodos para evaluar las cogniciones:
Métodos expresivos; requieren que el cliente piense en voz alta mientras realiza una tarea. Por ejemplo imaginar que participa en una interacción social.
Métodos productivos; requieren que los clientes registren sus pensamientos acerca de un acontecimiento particular. Se utiliza para identificar cogniciones disfuncionales o inadaptadas que los clientes tienen en sus vidas.
Métodos inferenciales; se usan más a menudo en la investigación que en la práctica clínica. Intentan evaluar esquemas cognitivos, o expectativas, que guían las percepciones y la interpretaciones del cliente sobre las experiencias en su medio ambiente.
Métodos de aprobación; son los que le presentan al individuo un conjunto predeterminado de reactivos (aseveraciones escritas en un cuestionario) y le piden al cliente que califique cada afirmación en términos de su aplicabilidad. Se han empleado para evaluar un rango amplio de funcionamiento.
-Evaluación psicofisiológica: la medición de las reacciones psicofisiológicas a las demandas situacionales. Se refiere a las respuestas o reacciones del cuerpo gobernadas por las partes simpáticas y parasimpáticas del sistema nervioso autónomo. Un principio fundamental de la psicofisiológica es que las reacciones sociales, conductuales, cognitivas y emocionales están íntimamente vinculadas a procesos fisiológicos. Por lo tanto la evaluacion psicofisiológica es una extensión natural de las evaluaciones en otras áreas del funcionamiento de la gente.
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Peláez,
Gloria. Módulo de Fundamentos de Clínica.
2012. Texto en proceso de publicación.
El texto se divide en cuatro apartados y en el
primero llamado “proceso clínico y sus tiempos lógicos” se dedican siete
páginas específicamente al tema de la evaluación de la conducta, para el
abordaje de este se hace una comparación entre los presupuestos de
Baumann & Perrez y el abordaje de la conducta desde Kendall & Norton–Ford
Se pueden
evidenciar algunos aspectos comunes a ambos abordajes, el primero es que desde
las dos visiones se propone que en el campo de la clínica la evaluación
(diagnosis) se realiza sobre los aspectos problema, es decir, sobre
las alteraciones de la conducta en su aparición. Y un segundo aspecto en común
es que ambos autores identifican dos ejes de la evaluación conductual: la
conducta en sí misma, es decir, la emisión del sujeto, y los aspectos donde
ella se despliega, o sea las condiciones ambientales.
Baumann y Perrez
Para Baumann y Perrez resaltan la importancia de
las mediciones directas a la hora de identificar cualitativamente las
desviaciones de las conductas y proponen como herramientas para estas
mediciones directas: la observación ajena en el entorno natural, las analogías
experimentales y simulaciones efectuadas mediante el desempeño de roles, la
autobservación de la conducta (diferenciándola de la introspección), entre
otros.
Baumann y Perrez citan a Kanfer y Karoly para referirse a la
evaluación de la conducta, cuando lo que reseñan de los mismo es que:
“postularon tres ámbitos de variables en el análisis e influencia de la
conducta: influencias situacionales; estímulos generados por uno mismo,
aprendidos, como desencadenantes y refuerzos; y condiciones biológicas”
(Baumann & Perrez, 1994: 92).
El clínico, para estos autores, debe prestar
atención a las siguiente “variables”: situaciones en las que emerge la
conducta, estímulos internos que la provocan, como aprendizajes o refuerzos, y
condiciones biológicas que la mantienen.
El texto resalta algunos vacíos en la teoría de
Baumann y Perrez y plantea dos preguntas que la lectura de estos generarían ¿la
intervención es la evaluación?; ¿en el proceso evaluativo tiene lugar la
validación de métodos?, de aquí plantean que hay que diferenciar el proceso evaluativo
de técnicas y métodos del proceso
evaluativo de la clínica psicológica
En general, de estos dos autores, se puede resumir
que el objeto de evaluación es la conducta disfuncional o anormal y que esta es
el resultado del aprendizaje de conductas normales o perturbadas que están
sometidas a generalidades psicológicas; la meta que persigue la evaluación es
la modificación de la conducta y se soporta en el presupuesto de que las
conductas dependen en gran medida de las situaciones, sin embargo las situaciones
tambien influyen de alguna forma en las conductas. Cuando se trata de la evaluación de la conducta
debe describirse y registrarse en los siguientes tres planos: plano motor o de
la conducta, plano subjetivo-cognitivo y plano fisiológico
Baumann y Perrez muestran que algunos psicólogos
conductuales utilizan el siguiente esquema para la evaluación de la conducta
1. Análisis de la conducta
sintomática
1.1 Análisis
de los síntomas particulares
1.2 Conexiones
entre síntomas particulares
2. Análisis de la finalidad
2.2. Análisis de las condiciones del medio ambiente
2.2 Determinación de la finalidad
3. Planificación terapéutica
3.1. Planificación de las distintas medidas
terapéuticas
3.2 Planificación del transcurso de la terapia
Kendall & Norton–Ford
Definen
la evaluación de la conducta así: “En el enfoque conductual de la evaluación se
trata de identificar los comportamientos específicos del sujeto, o sus sistemas
ambientales, que pudiesen requerir el cambio”
Proponen
las siguientes estrategias para la evaluación:
-Observación naturalista: intervención del observador en el ambiente
natural en el que se mueve el sujeto.
-Auto vigilancia: registro de la persona de la observación de sus
propias conductas e interacciones
- Informe del cliente en la evaluación
conductual: exige que el sujeto evaluado realice una retrospección y recapitulación;
una evocación de los recuerdos de sus patrones generales de comportamiento.
- Evaluación analógica: se somete al sujeto a
situaciones análogas a las de su vida cotidiana en las que evoca la conducta a
observar
- Observaciones y calificaciones conductuales hechas
por otras personas de significación
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Krivoy,
Francis. (2006) Evaluación de la Conducta. Colección
Razetti. Vol. III. Pp. 185-189
El
texto se limita sólo a describir diversos procedimientos para la evaluar la
conducta:
Primero
la observación, de la cual subdivide la observación natural dada en el medio
en el que normalmente se desenvuelve el individuo y sin ninguna intervención. La prueba de situación en la que se
observa al sujeto cuando es colocado en una situación de la vida real y la dramatización en la cual la persona
“actúa como si” estuviese en alguna situación.
El autoinforme, presentado como un reporte subjetivo del evaluado sobre su
conducta, emociones, ambiente, cognición o autovigilancia. Además de los Métodos psicofisiológicos para medir
datos físicos y así evaluar la presencia de una conducta en particular y su
intensidad (por ejemplo: ansiedad).
Fundamental
para el autor es la entrevista, esta implica
comunicación e interacción con un objetivo definido y roles no recíprocos. Pero
está sujeta a numerosas fuentes de error y deformación, lo que no disminuye su valor para obtener datos
relevantes de la conducta de un individuo (qué dice y cómo lo dice).
Las Pruebas de
inteligencia o la evaluación cognitiva están basadas en la relación entre el
cerebro y la conducta. Los test psicológicos son una de sus herramientas partiendo
del supuesto de que la manera en que se responde a una prueba es similar a la
forma como se comporta un sujeto en una situación cotidiana, siempre teniendo
en cuenta la información sobre la historia de cada individuo y el contexto
sociocultural en el que está inmerso.
Y por ultimo las pruebas
de personalidad, para identificar y evaluar los rasgos distintivos de cada
persona, incluyendo formas de pensar, sentir y actuar que caracterizan a un
individuo.
El autor hace hincapié en la necesidad de obtener información de
distintas fuentes para abordar la complejidad de la experiencia individual, y
determinar las técnicas de acuerdo con la teoría que dicta su selección y uso.
Y propone además que, antes de seleccionar un procedimiento en
particular, se debe tener en cuenta qué se quiere evaluar, cómo se quiere
evaluar, cuál es el objetivo de la evaluación, las características del paciente
y la postura teórica que tiene el evaluador.
·
Peñate,
Wenceslao. (2008) Psicología Clínica y Psicodiagnóstico: Sobre la Vigencia del
Modelo de Evaluación Conductual. Análisis
y modificación de la conducta. , Vol. 34, Nº 150-151,.Pp 95-126
Este texto discute la vigencia del modelo conductual y las
críticas que se han hecho a este, pero primero hace un breve recuento histórico
para indicar que el modelo conductual como modelo de evaluación psicológica
nace en el contexto en el cual, la psicología clínica opta por adoptar el
modelo médico pero con la limitación de que éste no establecía una relación
entre evaluación y tratamiento, lo que si permitía el nuevo modelo.
Es de resaltar aquí que el autor contrasta estos dos modelos, el
modelo médico como un modelo que no toma en cuenta los procesos particulares de
cada persona sino que aborda el problema en sí sin importar quien lo padezca; y
el modelo de evaluación conductual que permite planificar la intervención
atendiendo a los determinantes personales y contextuales de cada problema.
Seguidamente el autor indica que para el modelo conductual la
conducta tiene sentido en sí misma y no hay nada que indique la existencia de
entidades intrapsíquicas, siendo los estímulos, el ambiente y el aprendizaje
los únicos responsables de la conducta. Primero la observación de la conducta
era la única técnica utilizada para los radicales que consideraban a la
conducta motora la única conducta; luego, con la inclusión del comportamiento
cognitivo y fisiológico (los cuales el autor sólo menciona pero no explica) se
incluyen otras técnicas diagnosticas (que no menciona).
La eficacia de este modelo se cuestiona, por sus conceptos y
aplicabilidad (1992).
Aquí el autor divide su texto, iniciando con la crisis
conceptual y continuando con la crisis practica.
En el primero de estos apartados se encarga de conceptos como:
El situacionismo, entendido como la
determinación del ambiente inmediato en la conducta humana y criticado puesto
que no todos los problemas mentales pueden ser explicados atendiendo al
contexto inmediato.
El análisis
funcional de conductas (AFC) como un modelo lineal skinneriano para la explicación y
predicción de la conducta en cuanto a antecedentes-conducta-consecuentes que no
era posible verificar en todos los trastornos psicopatológicos.
Y el triple sistema de
respuestas que indica la covariación de conductas cognitivas, motoras y
fisiológicas, resaltando siempre el componente motor, pero la crisis de este
concepto radica en que, no existe una prevalencia del componente motor en todos
los trastornos mentales
En el segundo apartado, el autor se interesa por las técnicas y procedimientos de evaluación y la evaluación en relación directa con el
tratamiento.
Respecto al primer tema dice que las técnicas de evaluación más
conductuales mantienen su uso relativamente frecuente, si existe un desuso de
estos por los profesionales del área.
El segundo aspecto, la evaluación con relación directa con el
tratamiento, no ha mostrado ser mejor que los tratamientos basados en el
manual, en el que se trata al trastorno sin importar quien lo padezca.
En conclusión, autor
comenta que la crisis del modelo de evaluación conductual alcanzó a todos sus
elementos principales.
Aun así, el autor
concluye que no parecen existir razones de peso para cuestionar la vigencia de
la evaluación conductual. Pues el modelo de base se ha ido modificando sin
dejar de ser una estrategia de evaluación psicológica útil: el valor de cada
individuo en sí mismo, la determinación objetiva de los condicionantes y
determinantes del comportamiento humano y las relaciones funcionales de esos elementos
con las conductas- problema para planificar un tratamiento psicológico individualizado, son propuestas difícilmente
rechazables desde una psicología clínica preocupada por el mayor bienestar
personal y social de la personas que toma a cargo.
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